Recuperación de cuerpos extraños

La recuperación de cuerpos extraños es la remoción de objetos o sustancias que han sido introducidas en el cuerpo. Los objetos podrían haber sido inhalados dentro de las vías respiratorias, deglutidos o atorados en la garganta o el esófago, o incrustados en el tejido blando. Aproximadamente el 80% de las ingestiones de cuerpos extraños ocurren en los niños. La mayor parte de los cuerpos extraños pasan a través del tracto gastrointestinal sin complicaciones, y las intervenciones endoscópicas o quirúrgicas son necesarias solamente en el 10 al 20% de los casos. La evaluación y tratamiento dependerá del tipo de cuerpo extraño y de cómo se haya introducido. Si fue tragado, se le podría hacer un examen directo de su garganta y esófago, o una radiografía. Si está incrustado en el tejido blando, como por ejemplo una astilla incrustada debajo de la piel, se le podría hacer un ultrasonido, una radiografía o una exploración por TC para localizar y extirpar el objeto. Hable con su doctor si existe la posibilidad de que esté embarazada y coméntele sobre cualquier enfermedad reciente, condiciones médicas, medicamentos que esté tomando, y alergias, especialmente a los materiales de contraste a base de yodo. Deje las joyas en casa y vista ropa suelta y cómoda. Se le podría pedir que se ponga una bata durante el examen.

¿En qué consiste la recuperación de cuerpos extraños?

La recuperación de cuerpos extraños involucra la remoción de objetos potencialmente peligrosos o de substancias que han sido introducidas en el cuerpo desde el exterior. Los mismos pueden ser inhalados dentro de las vías respiratorias o deglutidos, entrando en el esófago y estómago intencional o accidentalmente, o introducidas dentro del tejido blando. En general los objetos deglutidos incluyen monedas, botones, broches, uñas, pedazos de vidrio, palillos para los dientes, baterías, pequeños juguetes o piezas de juguetes, y huesos de pescado.

El tragado de imanes puede causar problemas importantes que incluyen bloqueos del intestino que podrían requerir de la remoción quirúrgica de los imanes.

Cuerpos extraños en la garganta o el estómago:

Algunos cuerpos extraños no causan síntomas cuando son ingeridos. Alternativamente, el paciente podría experimentar la sensación de algo atascado en su garganta o en su esófago. El babeo y la dificultad para tragar son síntomas muy comunes. Un objeto pequeño puede alojarse en el esófago y causar dolor, aunque el paciente todavía pueda tragar. Objetos extraños más grandes pueden obstruir en forma parcial o completa el estómago, el intestino delgado o, en casos raros, el intestino largo, causando retorcijones, hinchazón, pérdida de apetito, vómitos, y a veces fiebre. Un objeto filoso que perfora el estómago o los intestinos puede causar dolor abdominal severo, fiebre, desmayo y pérdida de conocimiento.

Cuerpos extraños en las vías respiratorias La mayoría de los cuerpos extraños en las vías respiratorias, en general, son expelidos con las tos. No obstante, algunos cuerpos extraños pueden desplazarse desde la garganta hacia los bronquios. Esto puede causar que el paciente tosa, pero no obstante, el cuerpo extraño permanecerá atrapado en los pulmones. Esto ocurre típicamente en niños y requiere de la remoción mediante un broncoscopio.

Cuerpos extraños en los tejidos blandos: Un cuerpo extraño de tejido blando es un objeto externo al cuerpo como una astilla, una roca, o una pieza de metal o de vidrio que ha quedado atrapada en el tejido debajo de la piel. Los cuerpos extraños del tejido blando pueden causar infecciones y daño en los tejidos circundantes.


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